miércoles, 29 de octubre de 2008

LA PERSECUCION DEL PUEBLO GITANO, AUN EN NUESTROS DIAS

S. XVI, COMIENZO DE LA PERSECUCION

El siglo XV puede ser considerado como la edad de oro de los gitanos en Europa. Vagaban de ciudad en ciudad, y aunque es cierto que fueron expulsados con frecuencia habría que esperar al siglo XVI para que se desatara una ola de persecución solo comparable al antijudaísmo secular de los europeos. En el siglo XV los estereotipos negativos aún no estaban enraizados, y entre la hostilidad y la fascinación la cultura gitana se dispersó por el continente, mezclándose con las culturas y los idiomas locales. Lentamente se fue convirtiendo en un desafío para los poderes establecidos, para la población sedentaria y para la religión dominante.

Cuando tuvo lugar el descubrimiento de América, en 1492, los gitanos ya estaban esparcidos por toda Europa, donde a pesar de una buena acogida inicial comenzaron a ser perseguidos, marginados, expulsados, severamente castigados, esclavizados (como en Rumania, donde la esclavitud gitana no fue abolida hasta 1864) o simplemente exterminados. El desencuentro entre los no gitanos y los gitanos perduraría desde el siglo XVI hasta la actualidad. Así, en España, la pragmática de Medina del Campo del año 1499 les obligó a abandonar la vida nómada. En 1500, el mismo año en que entraron en Polonia y Rusia, la Dieta de Augsburgo los expulsó de Alemania. En 1505 Jacobo IV de Escocia les concedió un salvoconducto y saltaron a Dinamarca. Llegaron a Suecia en 1512, y en 1514 a Inglaterra, de donde se los expulsaría, bajo pena de muerte, en 1563. Antes de eso, en España se les dio a "escoger" en 1539 entre la sedentarización o seis años de galeras, y en 1540 los obispos de Bélgica ordenaron su expulsión bajo pena de muerte.[17]

A partir de finales del siglo XVI se sucederán en toda Europa pragmáticas, leyes y decretos contra el modo de vida de los gitanos. La dinámica de estas disposiciones será contradictoria (se les obliga a sedentarizarse al tiempo que se les impide la entrada en muchas ciudades, se les obliga a asimilarse al tiempo que se les concentra en determinados barrios, se les obliga a trabajar en oficios reconocidos al tiempo que se les impide la entrada en los gremios…). La tenacidad de los gitanos, sus estrategias de ocultamiento, de multiocupacionalidad (como la llama Teresa San Román), de seminomadismo o itinerancia circuscrita, de adaptación a las circunstancias cambiantes de la legislación, la capacidad para cruzar fronteras o para aliarse en ocasiones con la población autóctona realizando trabajos imprescindibles, hacen que los gitanos de toda Europa se resistan a la asimilación y conserven sus propios caracteres culturales más o menos intactos hasta la actualidad.

Ante la ausencia de testimonios escritos propios y lo negativo de los ajenos, resultan valiosas las referencias de un personaje peculiar que se acercó al mundo gitano con interés y curiosidad romántica en la primera mitad del siglo XIX: George Borrow. En sus viajes por buena parte de Europa como predicador protestante tuvo oportunidad de contactar con grupos gitanos cuya lengua aprendió, traduciendo e incluso publicando el Evangelio en caló (entre su producción literaria se encuentra La Biblia en España, libro de viajes estudiado por Manuel Azaña).

S XX, PERSECUCION Y EXTERMINIO

La detención del flujo migratorio a principios del siglo XX no significó una mejora de las condiciones de vida de los gitanos. Las disposiciones legales continuaron siendo inútiles (como lo habían sido antes) a la hora de asimilarlos. En Francia, por ejemplo, una "ley sobre el ejercicio de las profesiones ambulantes y sobre la circulación de nómadas" obligaba en 1912 a proveerse de un “carné antropométrico de identidad” que debía ser sellado en cada desplazamiento.

A medida que se acerca la Segunda Guerra Mundial la persecución (al socaire de las nuevas teorías pseudocientíficas) se hizo más dura. El gobierno prusiano, por ejemplo, decidió acabar con la “molestia gitana”[23] mediante un acuerdo internacional diseñado para acabar con su forma de vida. En Baviera se elaboró en 1905 un "Libro gitano", con un censo inicial de 3000 individuos que pronto aumentaría con la colaboración de otros estados germanos. El estado de Baviera autorizó el castigo a trabajos forzados a todo gitano que no pudiera demostrar tener un trabajo estable, y la República de Weimar extendió esta medida a toda Alemania. Los censos de gitanos se multiplicaron en toda Europa (Francia, Inglaterra) y en Suiza, en 1926 comenzó la ominosa costumbre de secuestrar niños gitanos para ser educados entre no gitanos, práctica que solo se abandonaría en 1973.

El auge del nazismo y los excesos de la Segunda Guerra Mundial se cebaron con crueldad en los gitanos. Tomando como base los anteriores censos, el Centro de Investigación para Higiene Racial y Biología Poblacional del Reich comenzó a analizar la cuestión gitana. Tras unos momentos de duda, en los que se estuvo a punto de clasificar a los gitanos dentro de la raza aria, Himmler ordenó su internamiento, y finalmente su ejecución en masa. En lengua gitana se llama a este proceso de exterminio “porraimos”, o “porrajmos”: "la destrucción". Como siempre, se desconoce el número exacto de víctimas. Las estimaciones van desde 50.000-80.000 (Denis Peschanski, La France des camps, l'internement 1938-46, Gallimard, 2002, p. 379) hasta "500.000-1.500.000… Sólo en Auschwitz-Birkenau murieron más de veinte mil gitanos. Y en un sólo día, el 3 de agosto de 1944, los últimos 2.897 habitantes de las barracas gitanas de Auschwitz, incluyendo mujeres y niños, dejaron para siempre de cantar y darse entusiasmo".[24] El genocidio gitano es un fenómeno relativamente desconocido, en el que colaboraron con más o menos interés (al igual que en el genocidio judío) las poblaciones autóctonas.

En la Europa central y del este bajo regímenes comunistas, los gitanos sufrieron políticas de asimilación y restricciones a su libertad cultural. En Bulgaria, se prohibió el uso de la lengua romaní y la representación de música romaní en actos públicos. Decenas de miles de gitanos de Eslovaquia, Hungría y Rumania fueron reasentados en regiones fronterizas de Moravia, y se prohibió su estilo de vida nómada. En Checoslovaquia, donde se les calificó de "estrato social degradado", mujeres romaníes fueron sometidas a esterilizaciones como parte de la política del Estado para reducir su crecimiento demográfico. Esta política se puso en práctica mediante incentivos financieros, amenazas de retirada de subsidios sociales, desinformación y esterilización involuntaria.[25]

A principios de la década de 1990, Alemania deportó a decenas de miles de inmigrantes a Europa Central y del Este. El 60% de unos 100.000 ciudadanos rumanos deportados de acuerdo con un tratado de 1992 eran gitanos.

En el tercer cuarto del siglo XX comenzó también un importante movimiento asociativo gitano, en especial, a partir del Primer Congreso Gitano de Londres, de 1971.

Texto estractado de Wikipedia, donde el que lo desee puede leer más sobre la historia del pueblo gitano.

El conocimiento es el primer paso, opino


ESPAÑA NO ES RACISTA

Curioso al menos que, aun existiendo noticias como esta, algunos sigan diciendo que en España no hay racismo, que España no es xenofoba, y que no es necesaria la educacion mas basica sobre el conocimiento y la aceptacion de la cultura del extraño.

Es curioso...

Muchas de las familias gitanas que huyeron de Castellar (Jaén) después de que, este fin de semana, vecinos payos apedrearan sus casas y exigieran su expulsión del pueblo regresaron ayer a sus domicilios, que se hallan bajo la protección de la Guardia Civil.

Los gitanos fueron acusados por los demás vecinos de ser responsables del aumento de la delincuencia en la localidad, después de que jóvenes de ambos grupos se enfrentaran a golpes durante un botellón. Entre los que han vuelto al pueblo se hallan los miembros del clan del Tete, uno de los cuatro del municipio. Éste agrupa a una treintena del centenar de gitanos empadronados en Castellar. Tras los disturbios, se refugiaron en la casa de unos familiares, en la vecina localidad de Villanueva del Arzobispo. "Hemos venido a por ropa para los niños, y ya veremos si nos quedamos o nos vamos", manifestó Luis García, el patriarca.

También han regresado la esposa y los ocho hijos del único detenido por amenazas de muerte a vecinos del pueblo, contra el que el juez ha dictado una orden de alejamiento de la localidad. La única familia que ayer permanecía huida era la de Jesús Santiago, El Tuerto, presunto autor de las agresiones a jóvenes payos la noche del pasado sábado.

Aunque el alcalde, el socialista Pedro Magaña -que fue quien aconsejó a esta familia que se retirara unos días hasta que disminuyera el clima de tensión- declaró ayer que "los gitanos pueden volver cuando quieran", desde la plataforma vecinal creada en el municipio se contempla su regreso con inquietud. "Si vuelven, se pueden reavivar los problemas", dijo el portavoz de esta comisión, Emilio Fuentes. Miembros de la plataforma, que han recogido ya más de 1.500 firmas reclamando más seguridad ciudadana, asistieron a la reunión de la Junta Local de Seguridad, que acordó celebrar una manifestación el próximo sábado. A la marcha se sumarán el alcalde y el resto de los grupos políticos, PP y PA. El subdelegado del Gobierno, Fernando Calahorro, afirmó que se doblará la dotación de la Guardia Civil en el municipio.

Fuente: Diario el Pais