miércoles, 24 de junio de 2009

VIVIR SIN ADJETIVOS

Que seas mi ancla en la realidad

Mi toma de tierra, mi conquista.

Como nunca, como siempre.

Que las palabras se me atoren

Que pasen de perras, de negras,

A gatos, a ratos, a gatas.

Dejaré de ser l’ombre de ton ombre

Para convertirme en un Peter sin mallas

Como tú paseando desnuda por la recámara,

Con tus pies pintados

Tu pedicure française

Tu cabello mojado

Tu olor.

Volveré a pedir perdón,

A dar las gracias.

Si esta era la tierra prometida

Prometo.

Si he de blasfemar,

Romper cánones, violar tradiciones,

Doncellas, matar dragones,

Romper cadenas de fantasmas

Pasados

Que nos anillaron

Y permiten esta unión sin trabas,

Con trova, sin tregua

(sin ton ni son, a veces).

Disculpa que me pierda.

Te declaro culpable siendo juez y parte.

Y por partes, poco a poco,

Cada día y, sobre todo,

Cada noche,

Prometo dejar clavada

Mi pluma

Entre tus alas.

Y perdóname por haber tardado tanto:

Andaba de antros con esa cosa que llaman vida

Mientras mi vida estaba esperando

A la vuelta del mar.

Pero, tranquila, no te muevas,

No pasa nada, cierra los ojos

Y recuerda, sueña, sabe que,

Si pudiera decir lo que quiero,

Tampoco lo diría,

Que si pudiera encontrar el adjetivo preciso

Llevaría tu nombre,

Y la gramática sería un fetichismo más.

Carlos de la Fe en Insula Negra