miércoles, 18 de febrero de 2009

LO QUE SEA

Se que normalmente empiezo mis comentarios sieeeeeeeeempre con las mismas expresiones que voy intercalando para no resultar aburrida, pesada o simplemente poco creativa. También se que suelo quejarme mucho, que reincido en determinados temas hasta el agotamiento, y hasta se que no volveré a entrar en la vida en una talla 36 (espero sinceramente que no). Y digo esto como introducción porque he comprobado fehacientemente que en esto de publicar post en tu blog vale cualquier cosa. Da igual que no tenga sentido, da igual lo que digas, el hecho es decirlo y que tu blog tenga tropecientas mil entradas, y si puedes tener mas que las del vecino pues mejor.

Este hecho que en una sociedad democrática y plural seria absolutamente loable, muestra de la libertad de expresión que hemos ganado no hace tanto, se tiñe de otros colores cuando lo que leemos son parrafadas sin sentido en las que se emite el insulto gratuito sin pararse siquiera a buscar argumento o sustento a tu insulto, ordinariez o despropósito. Si, ya se, eso también es libertad de expresión, pero...la limito si pido como he pedido en alguna que otra ocasión un poquito de creatividad en lo que se escribe?? Es que creo que es cuestión de salud mental, sobre todo para el que lo escribe, que por lo menos saque un tiempito para revisar el diccionario de la Real Academia para buscar insultos nuevos. Esto es lo que tiene el querer a toda costa que nuestro blog, por nuestro propio ego encendido, tenga cada día una entrada nueva, muestra de nuestra indudable y venerable brillante dialéctica desbordada...que cansa, porque al final acabas diciendo siempre lo mismo o lo que es peor, un montón de incoherencias.

Pues si, puesto el practica el invento, evitandome el desagradable trance del insulto gratuito porque básicamente no va con mi carácter y en concreto hoy he soltado mas de los que por cuota diaria me correspondían, he de reconocer que tengo una entrada nueva en mi blog, que queda muy bonita, pero que fundamentalmente no dice nada. Bueno, si, perdón, algo dice, la confesión de la talla 36 que quede entre nosotros y que nadie me la eche en cara.

Besos rosaditos