lunes, 7 de septiembre de 2009

CONTRASTES

Empezamos hoy con obviedades, pero soy de la opinion que no por ser obvias, algunas cosas, debemos dejar de tratarlas.

Estaba ojeando la revista de El Pais, hace un rato y me sorpendió (la verdad es que aún no se por qué) encontrar dos artículos, seguidos, uno al ladito del otro, que reflejan de una manera meridiana lo que representa este mundo de contrastes en el que vivimos. Uno trataba sobre Cachemira y la catástrofre, el otro, sobre el "gran telescopio" de La Palma. No lo ven?? creo que si, y explico que lo que realmente me llamó la atención del asunto no era tanto que se tratase, por un lado de un estado en guerra, desolado, arcaico y en algunos aspectos, atrasado y, por el otro, de los grandes avances de la tecnología en este país nuestro que llamamos desarrollado. No fue eso, fue una imagen. Una simple imagen con un pié de foto que decía "SRINAGAR. Mujer con burka en el barrio viejo y niño vendiendo. (...)" Y si, la foto es lo que dice que es, una imagen de un sitio desolado, con lo que parece que es una mujer completamente vestida de negro (y digo parace porque con el trapo en cuestión podria ser una mujer, un hombre y hasta la reencarnación de Elvis) y un niño de unos 10 años trabajando con un carrito de algo que no se definir. La suciedad y el abandono del entorno, sobrecogen. Pero más me sobrecoge lo que representa esta imagen en comparación con el artículo sobre el telescopio: Entendemos en este país que el desarrollo ha llevado aparejados tanto para niños como para mujeres, una serie de derechos que se encuentran tan arraigados que forman parte inconsciente de nuestro día a día. Algo tan simple como que un niño vaya al colegio con 10 años en lugar de estar trabajando o que nosotras podamos salir a la calle con la cara descubierta, como nos de la gana e incluso en pelotas. Es algo común, habitual, no admite discusión. En un país en el que se desarrollan telescopios que nos permiten vislumbrar hasta la estrella más lejana, no podría ser de otra manera. Pero sí, al mismo tiempo, en el mismo segundo en que sales a la calle con la minifalda o un niño coge su mochila para ir al colegio, en otro lugar del mundo, otra mujer, que solo tiene de distinto a ti que ha nacido en un país menos "desarrollado" no tiene libertad siquiera para decidir lo más básico en su vida; y un niño, en lugar vestirse para ir a estudiar matemáticas, se pone su camisa para salir a trabajar y poder así ayudar a que su familia simplemente tenga comida en la mesa ese día.

Es un mundo de contrastes y a veces esos contrastes te saltan a los ojos con una nitidez tal que no puedes sino pararte a reflexionar minimamente sobre ellos.